SILVER SAFFRON EXTRAIT. UNE NUIT NOMADE

Una declaración audazmente afrutada de lichi y frambuesa, que libera toda la fuerza de las facetas especiadas y correosas del azafrán y el iris y la intensidad ahumada del papiro.

Había anochecido. Los caballos relinchaban de fatiga. Era hora de detenerse. Los hombres vieron un lugar de descanso; sus cuerpos estaban exhaustos y polvorientos. La sombra de las montañas de Cachemira se alzaba sobre la gran llanura de pastos bajos.

El emperador Alejandro, con el yelmo en la mano, blandía su espada ante la multitud. La luna aparecía y desaparecía de la vista, su rostro resplandeciente. Proyectaba un tono plateado sobre el filo de la hoja, iluminando toda la llanura con un rayo cegador.

Temprano a la mañana siguiente, los hombres no podían creer lo que veían. El suelo estaba cubierto de una capa púrpura. Millones de flores de azafrán habían brotado en una sola noche. Ante tal milagro, el emperador Alejandro buscó a sus consejeros. Las señales no eran favorables. Los cuernos tocaron la retirada. Los hombres despejaron la llanura en pocas horas. La paz y la calma se restablecieron.